domingo, 30 de enero de 2011

El origen económico de la mentada "inseguridad". O cómo explicarle a un lector de Luis Pazos que esta calamidad social tiene sus origenes en el modelo económico que él defiende.

El mundo en el que vivimos es un mundo con necesidades ilimitadas pero con recursos escasos. Todos los seres vivos enfrentamos escasez de tiempo, de energía, de dinero o de cualquier otro recurso que nos ayude a obtener lo que queremos, por eso es que todo el tiempo debemos hacer elecciones entre varias alternativas disponibles para el uso de los recursos con los que contamos. Cada elección que voluntaria o involuntariamente realizamos está motivada por incentivos, mismos que pueden ser positivos y que son conocidos como beneficios, o negativos que son conocidos como costos. Toda elección trae implícita una carga de ambos tipos de incentivos, aunque en diferente cantidad. Por ejemplo, servirnos y beber un vaso con agua nos puede quitar la sed a cambio del desgaste de una pequeña cantidad de energía. Es racional pensar que siempre elegiremos realizar la acción que nos genere una mayor utilidad económica, entendiendo esta como el diferencial entre los beneficios atraídos por la acción y los costos generados por la misma, o sea, el beneficio  de tomarnos el vaso con agua fue eliminar la sed, solo vamos a servirnos y beber el vaso con agua cuando el beneficio de  beberla sea mayor al costo en energía por hacerlo y solo lo haremos si no tenemos un mejor uso alternativo para ese esfuerzo.
En el caso de los humanos algunas de las elecciones no son tan simples, pues muchas de ellas dependen de nuestra voluntad y algunas requieren un análisis minucioso de los costos y beneficios que nos pueden generar. Tampoco es tan simple establecer una escala del valor de los beneficios generados por cada acción, pues estos están basados en un concepto tan subjetivo como las preferencias de las personas. Puede decirse lo mismo de los costos a los cuales también les asignamos una valoración diferente de acuerdo a nuestros gustos.

Luego de esta breve (y muy divertida) introducción al mundo de la economía, imaginemos a Kevin,  un nini que observa el mundo a través de los ojos de un economista, o más fácil y realista aún, pensemos que Kevin es un economista nini. Así las cosas Kevin tiene necesidades ilimitadas de todo aquello que de acuerdo a sus preferencias le generará un beneficio, y debe de obtenerlo al menor costo posible para maximizar su utilidad. Resulta ser que Kevin es un nini que nunca ha tenido acceso a actividades culturales, científicas o deportivas de calidad y que creció en el seno de una familia disfuncional en la que la mamá trabajó turnos rotativos en varias maquiladoras y tuvo amoríos con algunos de los supervisores de las mismas, luego entonces, a todo aquello que puede producir en Kevin un beneficio le llamaremos Putas, Mariguana y Alcohol (PMA por sus siglas en español), pues no podemos esperar que Kevin disfrute de un buen libro o un concierto de música clásica. Para conseguir la mayor cantidad de PMA Kevin deberá de emplear los recursos que tiene a la mano, o sea, su fuerza laboral y sus muy limitadas capacidades, cuyo uso le generan a Kevin un costo. El costo es levantarse muy tempranito todos los días para ir a trabajar 9 horas sentado sobre sus gluteos pegando dos cablesitos, sujeto a las ordenes de un supervisor sin capacidad para el manejo de personal, y lo mejor de todo, comiendo un menú compuesto de ceviche, flautas y toda clase de manjares preparados a base de un winnie anaranjado que parece radiactivo. En términos unitarios, digamos por cada hora de su fuerza laboral, Kevin recibe un pago que le alcanza para una cantidad despreciable de PMA. Pero recordemos que nuestro nini imaginario es economista, y tras realizar un análisis de costo beneficio resuelve que la utilidad que obtiene es muy poca, pues el sabe que la misma la puede obtener restando el beneficio menos el costo. Al darse cuenta que en esa ecuación su costo es muy alto y su beneficio muy bajo el supone que debe de haber un uso alternativo para su fuerza laboral, único recurso con el que cuenta. Tras una no muy ardua investigación Kevin se da cuenta de que la alternativa está al alcance de su mano. Un día como cualquiera conoce a Maclovio, un bondadoso hombre que llega al barrio a bordo de una flamante Escalade con rines spinners (de esos que siguen dando vueltas aunque el carro esté parado) pantallas de TV en cada uno de los asientos, molduras doradas, y escuchando al "Movimiento alterado" con un sonido que puede escucharse desde 20 cuadras. Maclovio le ofrece a Kevin un celular y un Nextel con tiempo aire ilimitado, un arma con balas también ilimitadas y le ofrece un pago que duplica lo que el ingresa en su actual empleo (lo cual tampoco es muy difícil que digamos), en resumen, Maclovio ofrece a Kevin una alternativa que le ayudará a superar por mucho el beneficio que le produce su actual ocupación. Además de poder comprar el doble de PMA por el dinero que recibirá tendrá otros privilegios propias de quien porta un arma de fuego, tal vez incluso hasta pueda comprar comida. Pero "¿Cuál es el costo?" se pregunta Kevin, "¿Qué debo hacer?" La respuesta es simple; solo debes de contestar el celular cuando suene y hacer TODO lo que se te pida, no hay hora de entrada, ni hora para comer y nadie le limitará ni llevará registro de sus viajes al retrete. En apariencia su costo se reducirá substancialmente. Pero del lado de los costos  también hay elementos adicionales que considerar; Dada la ilegalidad de las actividades a realizar, existe un riesgo de que Kevin sea capturado y encarcelado, o peor aún, muerto en acción. Gracias a sus profundos conocimientos de las matemáticas Kevin deduce que ambos lados de su ecuación (costos y beneficios) de utilidad han crecido. Pero no han crecido igual, si los comparamos entre ellos tal vez uno haya crecido mas que otro. Analicemos primero los beneficios cuya magnitud creció grandemente; En su estado original solo recibía una cantidad miserable de dinero, sin ningún otro beneficio. Por el lado de los costos podemos observar que en una primera instancia se disminuyen pues no se tendrá que levantar temprano ni responder a un supervisor todo el día, pero por otro lado aumentan dado el riesgo de terminar preso o muerto. Kevin tiene mucho que pensar, lo que está en juego es su libertad e incluso la propia vida.  Ahora imaginaemos que el entorno de Kevin cambia, la crisis internacional y el surgimiento de nuevos centros manufactureros en el mundo pusieron presiones sobre el mercado laboral de la república bananera (petrolera) en la que vive Kevin. Como la economía local no tiene nada que ofrecer, excepto por la mano de obra de su gente, los salarios se desploman con el fin de mantenerse "competitiva". Los beneficios por trabajar en la fabrica disminuyen. Aunque los ofrecimientos de Maclovio no aumentaran en su monto, en términos relativos ya dejaron atrás al salario recibido por el trabajo en la fábrica. Paralelamente, y con el mismo objetivo de mantener la "competitividad", el Estado va cediendo terreno, perdiendo fuerza y disminuyendo su tamaño. Además de proveer servicios a la sociedad, el Estado sería el encargado de perseguir y apresar a Kevin si decidiera trabajar para Maclovio. Como ahora el Estado es mas débil, el costo para Kevin de trabajar para Maclovio no crece de manera significativa, el riesgo representa un costo demasiado pequeño. La incapacidad del Estado para brindar los servicios que antes prestaba a la población hacen mas difícil la vida, menos bonita pues, lo que  le resta valor.  Al final el aumento de los beneficios de trabajar para Maclovio supera por mucho al aumento en los costos y eso facilita la decisión de Kevin. Ya no tiene mucho que pensar (Ver video 1).
Hasta ahora parece que no hemos descubierto el hilo negro, en las siguientes entradas, además de ir mejorando mi estilo, estaré llenando el tanque con ideas para revertir estas causas y efectos, por hoy, me voy a dormir.


Video 1 Por cortesía de BS Producciones presentamos la historia de Kevin en Video