miércoles, 2 de noviembre de 2011

Mi colaboración para Economía 4All

La razón de la fuerza vs la fuerza de la razón. Breve análisis costo-beneficio.

Por Felipe Galán Uribe

Uno de los principales atributos que debe de tener un administrador es la habilidad de emplear los recursos disponibles en las actividades en las que generen un mayor rendimiento; un mayor retorno a un menor costo. Cuando se trata de una empresa esa ecuación se facilita porque el retorno y el costo se pueden medir en dinero, el beneficio se obtiene de restar los costos a los ingresos, y se expresa en unidades monetarias. Cuando se está administrando una nación o una ciudad la ecuación se torna más compleja. Cada acción de quien administra al Estado implica, por supuesto,  costos que se miden por el monto de los recursos financieros y materiales que se utilizan, pero también por una serie de elementos que tiene otros parámetros; el impacto ambiental de la acción puede ser uno de ellos. Lo más complicado es que existen costos intangibles que no son fáciles de medir, toda acción de un gobierno tiene un impacto en la sociedad, en la actitud de esta ante las instituciones y la ley.

Lo sucedido el 1 de Noviembre de 2011 en Ciudad Juárez, cuando un grupo de manifestantes se enfrentó con, o fue  reprimido por (como quiera verse) la policía de forma violenta, es un claro ejemplo de un uso irracional de los recursos de la ciudadanía en una actividad con costos mucho mayores a sus retornos.  Podemos ignorar aspectos legales, en los que yo no voy a entrar porque no soy abogado sino gente de bien, y no preguntarnos qué cargos se imputarán a los detenidos y si estos se persiguen de oficio o no. Podemos argumentar, como algunos medios de comunicación locales,  que "ellos empezaron", e ignorar que esa excusa no vale para la autoridad porque no se supone que la policía sea una pandilla. Podemos justificarlo de muchas formas pero como ciudadano me quedan muchas preguntas sobre la actuación de la autoridad y el uso de los recursos públicos.

Insisto en que no tengo elementos, ni pretendo juzgar la legalidad de las detenciones, pero entre otras cosas, no puedo entender ¿Por qué era necesario ese número de elementos para detener a  26 personas? Sobre todo en un contexto de inseguridad pública en el que jamás hemos visto tal despliegue para enfrentar a grupos armados que se pasean de forma impune por la ciudad? ¿Por qué los policías no cuentan con capacitación para someter a un individuo de estas características? Es lamentable ver a policías en una forma física impresentable forcejear con una jovencita 50 o 60 kilogramos más ligera sin poderla someter ¿Será que el agente no estaba seguro de su proceder? ¿Es apropiado que la policía enfrente estas contingencias portando armas largas y no un tolete como se hace en el resto del mundo?

Equipo anti-motines utilizado por los cuerpos policiacos en el resto del universo conocido hasta hoy. Imagen extraída de AfkaPhotos.com


Como economista me queda muy claro que tal movilización de agentes, que pudieron ser de mayor valor en otro lugar, representa un derroche de recursos. También es evidente que el actuar de la policía no abona al esfuerzo, al que no se le ha invertido poco dinero, de generar confianza entre los grupos de seguridad y la ciudadanía. El resultado es pues, negativo para la sociedad. El ínfimo beneficio que obtuvimos, si es que lo hubo, pudo haberse conseguido a un costo mucho menor.